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Conjuminar alguna cosa tan visual com l’és actualment la cuina, amb alguna cosa tan visceral com és l’amor i la passió, dóna lloc a una bomba fantàstica amb moltes possibilitats d’arribar a la representació artística.

La cuina ens comunica amb la realitat a través dels cinc sentits. Joel afegeix amor a les creacions efímeres, en cadascuna de les seves receptes l’ingredient de l’amor està present. Els plats que ens fan sentir no només es degusten, sinó que se senten i veuen.

Hi ha hagut qui ha aconseguit que el menjar passés de ser un acte simplement corporal a una mica més d’esperit, ens han  demostrat que es pot transformar la necessitat física en un joc amb provocació, ironia, poesia i enteniment.

Per tot això(els cinc sentits, l’amor, la creació…) la cuina havia d’estar aquí en Voluntats Contraposades, i avui  de la mà del Joel , així que li vaig demanar que em deixés retratar els seus gestos amagats i també que em delectés seleccionant una recepta d’ amor, on com a l’ingredient principal anés la passió  i que representés la parella enamorada.

Aquesta va ser la seva elecció :un plat on els enamorats es veuen representats, on la parella troba emocions íntimes i degustant-ho provoca sensacions com la felicitat. Això és art i no hi ha més que parlar, a menjar!.
Gràcies Joel. Un plaer, deliciós,mmmmm, que aprofiti.

 

Xocolata blanca amb infusió de té de roses.

Ingredients:

Nata, ous, sucre, gelatina, xocolata blanca, de la millor qualitat si no són massa mantegoses i amb excés de dolçor, te de roses, pètals de rosa i molt d’amor.

 

«Aquest plat per a nosaltres simbolitza un casament, la xocolata blanca seria el vestit de la nuvia i les roses, la fragància de sant Jordi, regalar una rosa com a símbol d’Amor.»

Joel Castanyé

 

 

 

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Aunar algo tan visual  como lo es actualmente la cocina, con algo tan visceral  como es el amor y la pasión, da lugar a una bomba fantástica con muchas posibilidades de llegar a la representación artística.

La cocina nos comunica con la realidad a través de los cinco sentidos. Joel añade amor a las creaciones efímeras, en cada una de sus recetas  el ingrediente del amor está presente. Los platos que nos hacen sentir  no sólo se degustan, sino que se oyen y ven.

Ha habido quien ha conseguido que el comer pase de ser un acto simplemente corporal a algo más de espíritu, se ha demostrado que se puede transformar la necesidad física en  un juego con provocación, ironía, poesía y entendimiento.

Por todo esto (el amor, la creación y los cinco sentidos…)  la cocina tenía que estar aquí  en Voluntats Contraposades y hoy de la mano de Joel, así que le pedí que me dejase retratar sus gestos escondidos y también que me deleitase seleccionando  una receta de amor donde el ingrediente principal fuese la pasión  y que representase la pareja enamorada.

Esta fue su elección :un plato donde los enamorados se ven representados, donde la pareja encuentra  emociones íntimas y degustándolo  provoca sensaciones como la felicidad.

Esto es arte y no hay más que hablar, a comer!.

 

 

Gracias Joel. Un palacer, delicioso,mmmmm,  que aproveche.

 

 

Chocolate blanco con infusión de té de rosas.

Ingredientes:

Nata, huevos, azúcar, gelatina, chocolate blanco, de la mejor calidad si no son demasiada mantequillosa  ni con exceso de dulzura, té de rosas, petalos de rosa y sobretodo  mucho  amor.

 

«Este plato para nosotros simboliza una boda; el chocolate blanco sería el vestido de la  novia y las rosas, la fragancia de sant Jordi, regalar una rosa como símbolo de amor».

Joel Castanyé

 

 

 

 

 

 

 

 

Joel Castanyé, cuiner del restaurant El Resquitx i La Boscana,  novembre2012

 

 

No he pogut evitar relacionar aquest post  sobre cuina i amor amb textos  literàries i  escenes  cinematogràfiques , ja mítiques ,de  «Como agua para chocolate» de Laura Esquivel.

Deixo aquí un text meravellós i un enllaç a una de les escenes més belles del cinema contemporani.

 

 

COMO AGUA PARA CHOCOLATE. youtube

 

 «Todos nacemos con una caja de fósforos adentro, pero que no podemos encenderlos solos… necesitamos la ayuda del oxígeno y una vela. En este caso el oxígeno, por ejemplo, vendría del aliento de la persona que amamos; la vela podría ser cualquier tipo de comida, música, caricia, palabra o sonido que engendre la explosión que encenderá uno de los fósforos. Por un momento, nos deslumbra una emoción intensa. Una tibieza placentera crece dentro de nosotros, desvaneciéndose a medida que pasa el tiempo, hasta que llega una nueva explosión a revivirla. Cada persona tiene que descubrir qué disparará esas explosiones para poder vivir, puesto que la combustión que ocurre cuando uno de los fósforos se enciende es lo que nutre al alma. Ese fuego, en resumen, es su alimento. Si uno no averigua a tiempo qué cosa inicia esas explosiones, la caja de fósforos se humedece y ni uno solo de los fósforos se encenderá nunca».

Laura Esquivel

Como agua para chocolate.