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Cae la tarde sobre la casa sosegada. La luz se filtra entre los visillos , traspasa cristales y se instala sobre las baldosas del suelo. Es lo mismo que un silencioso pájaro que interrumpiera la penumbra . EL solitario, sin querer, vuelve el rostro hacia atràs. ¿Qué espera? No más que la venida de la noche, la pacífica y comprensible tiniebla, la hora del descanso….La habitación se transforma , como por un milagro ajeno al tiempo y a la distancia insalvable(…..)La luz benevolente pisa sobre las huellas sin pensar , y luego se retira. Sólo los ojos brillan y la expresión del rostro amable y encantada. En esta imprevisible convocatoria comparecen los amores a los que el solitario sobrevivió…..

Antonio Gala. «La casa sosegada».

 

 

 

Gràcies Virginia,Jordi,  Sara y Toni per  fer-me  veure més enllà de l’espai, per presenciar rostres i realitats inventades, per ajurdar-me a respirar  fons  i fer-me sentir més forta.

Ara sabem que tot depèn del nostre desig i de la nostra curiositat. La falta de desig i la falta de curiositat són els més precisos símptomes del veritable fi.

 

 

 

 

Agost2013Lleida

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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